El hulk, la casaca y la organización.

3 pm, el interior de mis ideas está en un conflicto por falta de calorías en mi cuerpo, y la reacción no espera a manifestar enojo todo lo que emano es molestia y frustración el "Hulk" se hace presente frente a la mesa rodeada de familia y amigos...

Hace 8 horas que salí de casa rumbo a ser voluntario; la actividad que hago los domingos me demanda esfuerzo y focus, así que el alimento se encuentra en un plano que ni siquiera imagino; la pasíon, la alegría de sumar a una meta sacia una necesidad básica que es alimentarme. Por lo general salgo de casa sin desayunar, obvio no hay tiempo.

Regreso a las 3:05 pm, mi mal humor contagia el ambiente, me siento como Or (mi perro) recibiendo el alimento y decidido a no compartir. 

El rostro de quién está en la mesa sabe y me conoce que estoy a punto de realizar un comentario hiriente o "mala onda", me conocen tan bien que solo sonríen si lo llego hacer, quien no me conociera pudiera percibir que soy una muy mala persona.

Después del 2do taco de pollo rostizado dominical, mi ansiedad y frustración comienzan a ceder, y la frase "me regresó el alma al cuerpo" es dicha por mi entre dientes.

Mi esposa y mi hija se burlan de mi, de mi poco dominio propio para manejar el hambre.

Se burlan por que saben que soy un tipo amable y super compartido, que puedo compartir sin pensarlo un par de Pingüinos con mis compañeros de mesa, que puedo compartir mi orden de tacos con aquel que pidió de menos en la orden levantada después de una amena charla.
Saben que no soy "Mala Onda" si no al contrario, Alberto disfruta compartir.

Escucha esto mientras lees, MI HAMBRE (Necesidad indispensable de saciar cada día) NO DEFINE QUIÉN SOY. 

En la prepa por varias temporadas vestía una jersey de los Bulls de Chicago, así es compraba, adquiría y portaba con orgullo el numero 23, me lo apropiaba...
Pero mi manera de jugar seguía dando pena.
Ese Jersey no me hizo buen líder ni un excelente jugador aún cuando puse todo mi esfuerzo en adquirir esa prenda.

Cuando pertenecemos a una organización y portamos un uniforme, recuerda que representamos una visión una misión y valores, de la organización bordada en tu pecho, espalda o hombro de casaca.

Recuerdo un compañero que tuve en SEDESOL, una excelente persona, la más comprometida, la que más ideas creativas tenía en el equipo. Con el bromeábamos y decíamos que el pertenecía a la dependencia de tal manera que traia marcado el código de barras del inventario anual. 

Nunca llegué a conocer a fondo a este compañero por que la casaca de la organización había absorbido su esencia. 

Tu valor, tu persona, tu propósito jamás será definido por una casaca, he entendido que los puestos, lugares y colores de casacas son temporales, porque parte de tu propósito es saber manejar la flexibilidad de la vida. Así es para mi eso; escuchar a Dios.

El hambre no define quien eres, y mejor como a tus horas.